En un gesto navideño excepcional, la Policía Nacional en Bolívar, llevó la magia festiva a Puerto Nariño, un rincón olvidado a orillas del río Magdalena.
Por: Emilio Gutiérrez Yance
Con los primeros rayos de sol iluminando la calidez de la mañana, las aguas del río Magdalena reflejaban destellos de esperanza. En un gesto extraordinario, la Policía de Magangué, Bolívar, decidió llevar la magia navideña al corregimiento de Puerto Nariño.
A bordo de chalupas engalanadas con el espíritu festivo, un grupo de valientes uniformados emprendió una misión más allá de sus deberes habituales. Esta noble gestión encontró respaldo en presidentes de Juntas de Acción Comunal, quienes se unieron con entusiasmo y determinación. Juntos, recolectaron regalos y refrigerios para los niños del corregimiento Puerto Nariño, un rincón que, gracias a esta iniciativa, experimentó el verdadero significado de la Navidad.
Las chalupas surcaron las aguas llevando consigo no solo cajas envueltas con cuidado, sino la promesa de momentos especiales. Puerto Nariño recibió a estos mensajeros de la felicidad con la luz de la esperanza parpadeando en cada reflejo del río como si anunciaran la llegada de la Navidad.
Los uniformados desembarcaron con sonrisas y espíritu solidario palpable en cada paso. Rápidamente se organizaron, distribuyendo regalos y refrigerios entre la comunidad, que recibía con gratitud y emoción cada muestra de generosidad.
En colaboración con líderes comunitarios, la Policía preparó rifas y juegos para entretener a los más pequeños, quienes se sumaron a la diversión con ojos llenos de asombro y sonrisas radiantes.
En ese momento mágico, uniformados y comunidad compartieron más que regalos y entretenimiento. Compartieron la alegría de la unidad, la solidaridad y el espíritu navideño. Los niños, con inocencia y gratitud, agradecieron la presencia de estos guardianes de la paz y la esperanza.
El corregimiento de Puerto Nariño se sumió en un bello momento, recordando el nacimiento del Niño Jesús con la Policía como catalizadores de la magia navideña. En ese rincón olvidado, la Navidad brilló con luz propia, gracias a unos valientes uniformados que decidieron llevar la magia a donde más se necesitaba. Un final feliz en el que la luz de la esperanza iluminó corazones y dejó una huella imborrable en la memoria de la comunidad de Puerto Nariño.